no fear, no honey: lecciones de 2020

me apena decirlo, pero el buddismo y zen-buddismo no reflejan la naturaleza humana — podemos dejar de sentir y así, la historia de la humanidad, al menos en el universo como lo conocemos, teminará. para avanzar, necesitamos guerras, adversidades, peligros, epidemias con todo lo feo que estas cosas implican. la naturaleza nunca ha sido piedosa con el Homo – sea éste habilis, erectus, neanderthalensis, denisovano o sapiens.

No fear – no honey: la felicidad no está en la playa

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Las personas que trabajamos duramente, bajo presión, saltando de un deadline al otro, soñamos con una siesta eterna, una playa con arena blanca, aguas turquesas para estar en un estado permanente de relax, paz y tranquilidad, la felicidad  no interrumpida por nada. Si no, para qué vivimos todo el estrés? Muy conocido, no?

Lo extraño es que la realidad es muy diferente: conozco las personas que soñaban irse de la ciudad, lejos del movimiento, de las multitudes, del tráfico, de la tensión laboral, a un lugar maravilloso donde la única decisión que tendrían que tomar era qué tipo de masaje recibir en la tarde: con piedras calientes o con palitos de bambú. Lo interesante que después de aproximadamente una semana de esta vida paradisíaca, en lugar de la sensación de felicidad, las invaden la angustia, apatía, aburrimiento, la sensación del vacío y la ansiedad. Por qué sucede así? Veremos de cerca.

Nuestra supervivencia en el mundo tiene objetivos claros: no morir y seguir moviéndonos para poblar más y más territorios. Nada de relax, ni paz ni tranquilidad están en este programa. Por lo tanto, el responsable de esta angustia y la ansiedad, como siempre , es nuestro maravilloso cerebro.

Veremos cómo trabajan las endorfinas, las hormonas de felicidad como las llaman equivocadamente ( pueden ver toda la info detallada sobre las endorfinas aquí, también en este artículo, y, finalmente, en éste.) en todo lo que está relacionado con el dolor / miedo. Y , espero, vamos a aclarar por qué la vida sin miedos y problemas jamás nos hará felices.

El cerebro sigue el esquema formado hace miles de años: el miedo significa peligro, el peligro hace 100 mil años significó la amenaza de muerte, un ataque físico,  por lo tanto, la tarea del cerebro es movilizar todos los recursos para salvar la vida, del cuerpo y del mismísimo cerebro. Se activan los centros de control del dolor / miedo y se producen la adrenalina y el cortisol para mejorar las reacciones e huir o luchar o atacar. Luego de resolver el asunto del peligro, recibimos una buena porción de endorfinas para superar el shock y el dolor y, de esta manera, sobrevivir.

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Más miedo experimentamos, más endorfinas recibimos. Aquí el dato para los amantes de las películas de terror: no es que buscan a asustarse, su organismo pide las endorfinas y es una de las formas de recibirlas sin hacer prácticamente nada. Lo mismo sucede con los llamados adictos a la adrenalina. Como ya pueden entender, la adrenalina no tiene mucho que ver, todos los locos extremales desarrollaron cierta dependencia de sus propias endorfinas, cuyo efecto, ya sabemos, es similar al efecto de la morfina o heroína. Así que no son adictos al estrés o el miedo, son adictos al placer causado por las endorfinas.

En nuestra vida normal, ya casi no tenemos los peligros que tuvieron nuestros parientes paleolíticos. Las porciones de endorfinas se achicaron: el jefe te miró mal, la esposa te chapó coqueteando con tu colega, pisaste mal el escalón, casi perdiste el tren. Son cosas mínimas, insignificantes. Algunos sin darse cuenta buscan recompensar la falta de las endorfinas realizando las actividades como el paracaidismo, el  bungee jumping, el motocross.

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Algunos disfrutan de vez en cuando una acalorada pelea con colegas o vecinos, otros se desquitan manejando. Hay personas que aceptan cualquier reto profesional y más estrés reciben, más felices se sienten. Recuerdo mis emociones luego de haber sustentado mi grado de magíster: fue como estar en el cielo, un alivio que bordeaba la éxtasis. Otros, generalmente hombres, juegan fútbol y regresan a la casa eufóricos y plenos.

Pero hay un gran grupo de personas que dejaron de sentir la emoción de la vida, les falta el placer que les regala el peligro, pero no encontraron el reemplazo artificial. Todo está bien, pero no hay felicidad. Si eres tu, piensa què lo que te da miedo, y hazlo. Quizá te dan miedo los trámites burocráticos y siempre contratas a los terceros que resuelvan tus asuntos. Intenta hacerlo tú mismo. Quizá te da miedo a tocar a un gato, hazlo, claro, no con uno de la calle, todavía, un gatito de la vecina, amistoso, pero que igual te da miedo, sería un punto perfecto.

Todo es individual. Si te da miedo responder a una malcriadez, o contradecir al jefe abusivo, o acercarte a esta chica que vive al lado y riega las flores de su jardín cada mañana — hazlo. La vida de los humanos siempre era un interminable reto, y si en tu vida ya no hay lugar a éstos, no te sentirás pleno y feliz. No te engañes: el paraíso no está en la playa bajo la sombrilla, está en la jungla, está dentro de un barquito que lucha con las olas.


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12 comentarios

  1. Qué curioso, yo sigo muchas prácticas budistas y no me hace para nada ruido lo que comentas; auque sí lo entiendo, mucha gente se acaba estresando con la «obligación» de estar feliz y en paz, más de lo que se estresarían si no pensaran en ello XD. De todos modos y aunque no hagamos nada los problemas siempre nos van a encontrar, así que mejor ya recibirlos de buena gana. Muy buen blog, saludos.

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    • gracias, Alejandro 🙂 por leerme y estar presente siempre. mi vida ahora es un reto permanente, un quest que me inspira y hace sentir plena. es dificil, pero esta dificultad es tan grande que ya no necesito de peliculas de terror 🙂 un abrazote en la distancia

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  2. A pesar de lo cual algunas personas, estimada Alona, podemos vivir en la tranquilidad del rural, e inventar historias para compensar la ausencia de miedos. ¿Será que con la edad se reduce la necesidad de hormonas? Un abrazo.

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    • querido y estimado Carlos, la imaginación nos hace profundizar, enriquecer y , de alguna manera, optimizar nuestro — totalmente personal – mundo. las hormonas regulan nuestra existencia incluso en la viejez. más bien en la edad avanzada nos hacen más moderados y más realistas. claro si mantenemos el cerebro sano — y un cerebro sano, ante todo, es la bioquimica del cerebro, los neurotransmisores :). la curiosidad, el reto no se van aunque pueden remplazar de manera sustantiva las pasiones. la tranquilidad rural, como usted lo menciona, puede ser profunda y llena de descubrimientos que se aprecian en la interior, peor siguen siendo vitales. un gran abrazo desde setiembre 🙂 gracias por la visita. recièn me escapo de mi vida llena de reto solo para una ojeada a mi blog y los comentarios de mis queridos amigos 🙂

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    • gracias, Rubén, siempre lo tengo presente ya que conocerlo fue una de las más gratas experiencias de mi intento de llevar un blog. extraño sus publicaciones y nuestras compartir de ideas. yo sé que, probablemente, tratar de explicar nuestros sentires desde el punto de vista biológico podría parecer tanto determinista, sin embargo, ello tiene otro lado que muchos no ven — de esta manera podemos apreciar y valorar más la naturaleza. no es algo simple y aburrido, es algo fascinante y mucho más grandioso si los seres con la cognición tan desarrollada atribuyen rasgos sobrenaturales a lo que generó ella. lo magnifico de la naturaleza esta muy lejos de ser entendido por nosotros 🙂 muchos cariños en la distancia, me alegra tanto saber que este bien.

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