Un símbolo romántico del régimen comunista en la Unión Soviética, para la mayoría de las personas era un poeta odioso que dejó muchos versos medio tontos que tuvieron que memorizar desde el colegio inicial. A mi vida entró como una experiencia estética sublime — fue el poeta que me hizo descubrir la plasticidad creativa del lenguaje verbal. Es una pena que no puedo transmitir a mis lectores hispanohablantes toda la riqueza y la expresividad de su poesía. Y de pronto, en la edad vulnerable y romántica de 15 años por purita casualidad leí su poema de amor — con nombre La nube en pantalones. Suena gracioso… Flauta Vertebral, quiza, también. en fin, sigo leyendo su poesía; de vez en cuando, gracias, Internet 🙂 veo pequeñas grabaciones de sus filmaciones en el cine mudo 🙂 https://www.youtube.com/watch?v=cep467gmkMg sus fotos, y la historia de su amor… En realidad, como cualquier hombre famoso, en su corta vida — se suicidó en la edad de 37– èl tenía más que una historia de amor,

pero su musa maldita, la mujer que lo enfermó de pasión y a quien ha dedicado sus mejores poemas, Lilya Brik, fea narcisista que lo usó descaradamente, pero .. la que lo hizo también muy feliz. Él la amaba y aunque este amor más parecía a una enfermedad mental, lo hizo feliz. 

Existe una sinergia mágica entre su pluma y mi mente, entre las estructuras de sus poemas y mis esquemas mentales en las que se expresan mis ideas, deseos, sueños. Vladimir Mayakovsky es un fenómeno literario más o menos local por haber escrito en ruso — un idioma muy difícil para la traducción poética. Pero los conocedores les confirmarán — si hasta ahora su nombre y su obra no fue al olvido, es porque fue un genio más o menos como Paul Gauguin (ya tendrá el espacio en mi blog, espero, ya que es de mi tribu también). Por cierto, creo que no podemos usar la forma pasada para hablar de genios ya que siguen presentes en el mundo aun luego de la partida física. Así que Vladimir Mayakovsky es un genio de lenguaje que logró sublimar pasiones enfermizas y crear una expresión verbal incomparable de amor. Me llena día a día y su presencia en mi vida es tangible y real.