De nuevo, queridos lectores, un tema incómodo para algunos. Yo siempre resalto que para mi no existen temas incómodos y es por ello que uso mi derecho de expresión en este espacio. Sin embargo, entiendo que los temas relacionados con nuestra sexualidad pueden causar incomodidad, y es por ello que aviso :).
Nuestros estados psíquicos son frágiles y propensos a todo tipo de anomalías. Para algunos son una desgracia, para otros, una abominación, pero para los que en cada problema solo ven una oportunidad, es el chance de entender más el cerebro humano. Vilayanur Ramachandran y su equipo estudiaron un sinfín de casos de los trastornos mentales y muchos de éstos resultaron ser las consecuencias de las variaciones en la formación cerebral, nuestro hardware o las alteraciones surgidas a raíz de las lesiones cerebrales..
Existe un trastorno llamado en español el desorden de identidad de la integridad corporal en el que el afectado busca liberarse de alguna parte de su cuerpo, por ejemplo, un brazo, argumentando que la presencia de esta parte del cuerpo es insoportable. No es que le duela, o siente que no es suya. Según comenta Ramachandran, la siente demasiado suya.

Si busquen en la wiki la definición y la descripción de este trastorno, verán que no se precisan las causas que generan tal estado mental. La hipótesis de Ramachandran sostiene que lo genera la ausencia de la representación de esta parte del cuerpo en el mapa sensorial del cerebro que causa un conflicto significativo, tan significativo que en la conciencia nace la idea de amputación. El mecanismo de este fenómeno està descrito detalladamente por el mismo Ramachandran y pueden leerlo si le interesa profundizar el tema.
Estos casos demuestran claramente la fragilidad de nuestra racionalidad que, por lo que vemos, es fácilmente manipulada por la subconsciente y, encima, totalmente cegada cuando es necesario para los objetivos a gran escala. Una subconciente alterada altera también nuestra razón. Altera tanto que para los demás el afectado parece haberla perdido.
Otro trastorno, más extraño aún, la somatoparafrenia, que surge luego del infarto cerebral del hemisferio derecho en algunos pacientes, hace que los afectados niegan la pertenencia de la mitad izquierda de su cuerpo(el que no se mueve) o alguna parte de èste. Digo izquierda porque solo pasa en caso de la lesión cerebral en el hemisferio derecho(el que responde por la parte izquierda de nuestros cuerpo).
Ramachandran de nuevo hipotetiza que este problema surge cuando el mapa sensorial del cuerpo en el cerebro pierde este elemento correspondiente causando un conflicto similar al que describimos al inicio.

El paciente percibe que el brazo (por ejemplo) no es suyo y en el intento de racionalizar algo tan dispar nace la explicación que solo al paciente le parece tener sentido. No se puede hacerle cambiar la perspectiva porque la base de ésta no es racional; es el trabajo de la subconsciente al que la conciencia está obligada a dar alguna explicación. Intente a cambiar de parecer al que sufre un ataque de pánico diciéndole que lo que siente no es real, que son las alteraciones lamentables en su cerebro. Dudo mucho que tendría éxito. Aquí es la misma historia.
El transexualismo desde la perspectiva del Dr. Ramachandran es parecido a la somatoparafrenia en algunos casos y también al desorden de identidad de la integridad corporal en otros casos, solo que no es causado por un infarto cerebral. Algunos transexuales hombres sienten que son mujeres y perciben su pene como algo ajeno y excesivo, mientras que existen mujeres transexuales quienes afirman sentir la presencia del pene de manera muy realista, lo cual, como ya sabemos, es el trabajo alterado del cerebro. En lo ideal, los diferentes aspectos de nuestra sexualidad se desarrollan durante la vida pre-natal de manera casi simultánea. Sin embargo, lo ideal no existe. Asì como nacen personas con cualquier otra alteración física, nacen las personas con el trastorno de la imagen corporal sexual propia, que, sumándose a algunos aspectos hormonales, pueden resultar en el transexualismo.
De la misma manera que en otros trastornos, el afectado vive una situación muy incómoda, hasta insoportable para muchos y es por ello la desesperación de tantos de ellos arreglarla con el escalpelo. La transexualidad no es una enfermedad, pero es un estado incierto para el que lo padece, tan incierto que se perjudica la auto-identificación de la persona sin la cual una vida feliz es imposible.

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Estos temas son álgidos cuando se analizan desde una sola perspectiva, por tal razón suelen herir susceptibilidades en algunas ocasiones…!
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es cierto
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Qué curioso. No deja uno de aprender. Gracias.
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para alguien como yo que es fascinada en el cerebro, y como usted fascinado en la naturaleza en general, no alcanza la vida entera para si quiera conocer todo lo que en forma colectiva sabe la humanidad 🙂 un gran abrazo de martes 🙂
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Otro para tí, Alona.
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Interesante.
A este lado del mar, al menos en mi zona geográfica y en mi entorno cultural, estos temas son de lo más habitual y a nadie molesta. Bueno, quizá a los muy extremistas-conservadores que no quieren aceptar la realidad.
Y más de moda que está ahora, que en España tenemos un gobierno súper-feminista, súper LGTBIQ (y más siglas que no me he aprendido todavía)
Me surgen dos comentarios:
— Dices que estos trastornos de auto-percepción, como la de los trans no podrían llamarse «enfermedades».
Y digo yo: si no entendemos «enfermo» como algo negativo, sino como una constatación de la realidad, si la persona tiene algo en la cabeza/cuerpo que le impide vivir con plenitud y con cierto equilibrio, ¿no habríamos de llamarlo enfermedad?
— En mi país la Seguridad Social (asistencia completa -menos dentista y ortodoncia- sanitaria gratuita que tenemos todas las personas) cubre también ciertas operaciones de cambio de sexo, y está en marcha el proceso para que todas estas intervenciones estén dentro del catálogo de servicios. De alguna manera si no fueran «enfermedad», ¿porqué habrían de ser cubiertas por este sistema de seguro médico?
Un problema que tenemos es que aunque la asistencia puramente psiquiátrica sí está más o menos cubierta, no lo está la psicológica…
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Siempre que te leo encuentro algo interesante o respuesta a preguntas que había dejado de hacerme (no porque dejaran de interesarme sino porque hay que rastrear mucho para encontrar información respetable sobre algunos temas).
«Mapa sensorial del cuerpo en el cerebro». ¿No es un poco más que una hipótesis? Hay muchos ejemplos que apuntan a la existencia de tal cosa. Otro ejemplo: el dolor que sienten algun@s en un miembro amputado.
En cuanto a los transexuales, deben tener cuidado con los cirujanos de escalpelo fácil. Supe de casos de varones que al ver la realidad de la amputación no estaban nada felices. Parece que los médicos no habían estudiado muy en profundidad la identidad del paciente.
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claro, el mapa existe, incluso, tengo un texto sobre ello(Homunculo cerebral :)), Ramachandran más bien habla de ausencia de un elemento en el mapa que corresponde a la determinada parte del cuerpo lo cual todavía requiere más evidencias experimentales 🙂
en relaciòn con el dolor en el miebro amputado, es el tema que quiero tocar mañana (oajalà tenga un tiempito para escribir). Tambièn es el tema trabajado por VR y se logró no solo aclararse, sino, solucionarse.
respecto las operaciones, vas al grano, cada paciente debe ser muy bien estudiado antes de ser operado: en muchos no es más que un trastorno psicològico y son simplemente personas homosexuales confundidos en relaciòn con su sexualidad. gracias, Jorge, por la visita. me encanta saber que me lees 🙂 un saludo por la casa!!!
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Buen tema Alona, pero considero q estos temas no deben molestar ya que se ven muchos casos en todo el mundo
👏🏻👏🏻👏🏻👏🏻
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yo pienso igual, pero la realidad es que mucha gente se desmaya cuando escucha la palabra sexo y todo lo que está relacionado con ésta. a muchos han creado avergonzados de la naturaleza humana
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Cierto!
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