Por qué adultos no juegan a escondidas: MOVIMIENTO Y APRENDIZAJE

¿Por qué los recuerdos de infancia me traen tanta nostalgia? Recuerdo la playa donde jugábamos sin cesar en el agua, saltando, nadando, tirandonos, buceando hasta empezar temblar del frío. Las mamás nos sacaban del agua a fuerza obligando a quedarnos en el sol para, al menos, devolver a nuestra piel su color natural. Recuerdo los bosques donde corríamos, trepabamos los árboles, explorabamos las cuevas, jugabamos de todo: exploradores, espías, guerras, escondidas.

el trineo finlandés

Recuerdo los inviernos con las montañas de hielo, batallas de bolas de nieve, pasear (aunque no paseábamos: hacíamos las competencias de velocidad y la maniobrabilidad ante todo) en lo que en inglés se llama kicksled , y en español solo encontré la palabra genérica “trineo” así que puedo traducirlo como trineo finlandés, que pueden ver en la imagen 🙂 Siendo pequeña, pensaba que no existía nada más divertido después de las montañas de hielo. 

las verdaderas montañas rusas son muy fáciles de hacer, muy dificiles de poder dejarlas 🙂

En fin, la infancia ya terminó y ahora estando en la playa disfruto mirar el mar más que tirarme mil veces al agua de una piedra. Ya no juego, no salto horas y horas, y no porque no puedo, sino, porque ya no lo disfruto tanto. Extraño la infancia porque en aquellas épocas todo me daba alegría — las cosas más simples, los logros más pequeños. Todo fue divertido ¿qué pasó? ¿ es la edad? Y sí, y no. 

las diverciones infantiles del invierno ruso son dificiles de superar

Mi cerebro dejo de producir las cantidades enormes de la dopamina que se producen en la infancia para estimular el aprendizaje. Todo tipo de movimientos generados en la corteza cerebral se graban en el cerebelo después de múltiples repeticiones — la dopamina sirve para que queramos repetir los movimientos una y otra vez para un aprendizaje completo. Este sistema es especialmente activa en los niños, y en todos los cachorros mamíferos. El cerebro creciente inunda a sus portadores con las sensaciones muy placenteras y es por ello que los niños juegan olvidando de sí mismos. En la edad adulta estas actividades ya no se premian con tanta generosidad porque todos estos programas motores ya se grabaron para siempre en nuestro cerebelo. Uno nunca olvida cómo nadar, como montar bicicleta, como comer con el cuchillo y tenedor. Y es por ello que haciendo todo esto ya no experimentamos mismas sensaciones placenteras como en la infancia. Los organismos complejos necesitan aprender a moverse de distintas formas para lograr distintos objetivos, para ello tenemos el sistema de recompensa cuya sustancia mágica es la dopamina. Ya hemos hablado detalladamente sobre este neurotransmisor aquí. La fuente principal de la dopamina son las neuronas de la sustancia negra ,

ubicación de la sustancia negra

y cada uno de nosotros tenemos la actividad de esta parte cerebral muy individual. Más activa es ésta en la producción de la dopamina, más activos somos físicamente, más placer encontramos en movernos de todas las formas posibles. Así que, biológica y evolutivamente, el movimiento es la base del aprendizaje, y la dopamina es su fuente de la eterna motivación. La dopamina se produce como la respuesta a los movimientos, a la información nueva, a la expectativa de logros y es como el cerebro se autoestimula para aprender. Por otro lado, limitar la libertad es causar al individuo una carga potente de las emociones negativas que tambièn sirve como aprendizaje, en especial , en nosotros, los humanos que lo aplicamos a nuestros seres iguales desde la infancia temprana cuando al niño prohíben salir de habitación, hasta la edad adulta cuando para enseñar no robar, por ejemplo, te meten a la carcel limitando de manera extrema tu libertad natural.


This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License.

5 comentarios

  1. Es cierto y curioso, tu te encargas de explicárnoslo, de pequeños o menos pequeños andamos de aquí para allá como si no hubiese un mañana. De mayores, nuestro cerebro anda de aqui para allá, antes de que no haya un mañana.
    ¡La vida! pero me encanta entender los por qués.
    Como siempre, espléndido post.
    Besos mil.

    Le gusta a 2 personas

Deja un comentario