Cuando empiezas a hablar de nuestro sistema nervioso, te quedas ante la sorpresa que es un conjunto de subsistemas cuya organización puede marear. Ya sabemos que el sistema nervioso central consiste en el cerebro, y la médula. Pero tembièn existe el sistema nervioso periférico que está hecho de los nervios que emergen en el sistema nervioso central y aseguran la comunicación fluida entre el centro y la periferia. El periférico tiene dos bloques: la parte autónoma, y la parte somática. La primera se encarga de los órganos y glándulas internas, y la segunda, de los músculos y órganos sensitivos.
El sistema autónomo, que vela por los órganos internos y es llamado también vegetativo, no depende de nuestra conciencia ni voluntad. Podemos cerrar el puño o fruncir las cejas, doblar las piernas o estirarse, pero no podemos abrir los poros, dilatar las pupilas, acelerar al corazón o activar la digestión.
El sistema autónomo tambièn tiene tres grandes bloques. Uno de estos es el entèrico, que dirige y monitorea el sistema gastrointestinal. Contiene cien millones de neuronas y es bastante independiente. Recuerdan que ( aquì pueden leer detalladamente sobre este ) las neuronas del tracto gastrointestinal no forman “…ningún conglomerado que involucra la consciencia o la cognición”. Hoy no hablaremos de este sistema, sino de otros dos bloques grandes, el simpático y parasimpático que trabajan en conjunto, pero a la vez en constante competencia. Me preguntarán por què he decidido hablar de la parte vegetativa. En realidad, porque quiero contarles, en adelante, algunas cosas muy interesantes sobre los neurotransmisores y sin esta referencia, quizá no será muy fácil de entender. El blog simpático dirige los órganos en las situaciones del estrés, la presión emocional o físico, cuando gastamos las energías corriendo, resolviendo tareas intelectuales, discutiendo :). Es por ello que este sistema llaman también ergotrópico, el que gasta la energía. El parasimpático calma la mayoría de los bloques de nuestro organismo, y se enfoca en la recuperación y la acumulación de las energías. Por ejemplo, la digestión, el descanso y relajo es la esfera del trabajo del sistema parasimpático.
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Como en el yin y yang, son complementarios. Me parecen unos sistemas muy filosóficos, Gracias por sus explicaciones.
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sí!!! yo también las veo así , en serio. y creo que en el concepto (si se puede llamar así algo no científico) de yin y yang tiene la base de la observación empírica de las manifestaciones de estos dos sistemas. 🙂 al menos, me gusta pensar que es así 🙂
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Coincidimos Alona, creo que el conocimiento oriental se basa en la constante observación y la metódica aplicación de principios filosóficos. Ahora superados por el constante avance científico, es cierto, pero que resultaron eficaces durante milenios.
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sí, ellos lograron de manera diacrónica algo que ahora se procesa al instante. la capacidad de acumulación, preservación, compilación, análisis y síntesis de la información ejemplares 🙂
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Querida Alona, acabo de leer tu artículo y sinceramente hay cosas que yo desconocía, pero que lo has ilustrado muy bien aquello de los dos grandes bloques: el simpático y el parasimpático. Muchas gracias por compartir tus conocimientos. Un abrazo. 🙂
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muchas gracias, Ruth, me alegra saber que este tema atrajo el interes. había pensado que quiza, parecerá aburrido, pero es imporante sabelo para seguir aprendiendo de los neurostransmisores 🙂
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Excelente artículo. Iba a hacer uno con un toque de humor sobre el yin y el yan. Pero ya no me atrevo. Me ha gustado mucho.
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gracias, Xavier!!! pero sí, debería, usted tiene un huimor excepcional 🙂 y siempre será un placer leerlo 🙂
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Muchas gracias. Lo pensare, de veras. Saludos
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