BAJO MI PIEL: quemazón del ajì, bulbo raquídeo y la hemiplejia

Hablar de la piel desde el punto de vista neurocientífico es hablar del sentido de tacto ante todo, el que nace bajo nuestra epidermis y se realiza en el cerebro. Lo que yace bajo la primera , la más delgada, capa de piel, el epidermis, son cerca de 2 millones de los receptores distribuidos por casi 2 metros cuadrados de la piel que cubre nuestro cuerpo. Estos receptores garantizan la sensibilidad, pero sus cantidades y la variedad no son uniformes en diferentes partes. Hoy no vamos a hablar en detalle de este mundo: tipos y subtipos de los receptores nerviosos de la piel, es super interesante pero tendría que escribir un pequeño libro. Me limito a decir que son dos tipos principales: cubiertos y descubiertos. Los cubiertos (tres cuartos de los 2 millones ya mencionados) garantizan básicamente la sensación del dolor , y los cubiertos ( medio millón restante) para todo lo demás. Estos receptores no son otra cosa que enormes dendritas de las neuronas ubicadas cerca de la médula ósea. 

La gran cantidad de receptores se encuentran en nuestras manos, en especial, en las yemas de los dedos – porque con ayuda de las manos recogemos la información táctil sobre el mundo. También hay muchos en los labios y la lengua, pero èstos más sirven para la comida – la textura, temperatura, viscosidad, y otras cosas. Por cierto, los receptores que captan la señal de la comida picante están muy relacionados con los receptores que velan por la temperatura. La sensación que nos causa el mentol o el ají, por ejemplo, viene de los receptores de temperatura, no del sabor, y la sensación del frío o de calor que nos dan son pura ilusión 🙂 pero qué buena ilusiòn:). Al menos yo no puedo olvidar el incendio que no se quitó por largos 20 minutos en mi boca cuando por curiosidad he probado un ajicito amarillo de la selva peruana.

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el ajicito que me hizo sentir dragon (  link de para ver èsta y otras imágenes de ajíes peruanos )

Picante no era, era quemante :). desde aquel entonces, tengo muchísimo cuidado con todo tipo de ajíes. La percepciòn de quemazón que da el ajì, o el clavo de olor, asì como la sensaciòn de frío de un caramelo de mentol no se da únicamente en la piel de la boca – la misma respuesta, menos intensa, claro, porque sabemos que en otras partes del cuerpo hay menos receptores, – la misma respuesta tendràn en otras áreas de la piel.    

La información recolectada por los receptores se filtra en las zona correspondientes de la médula ósea: se bloquean las señales débiles, o repetitivos ( es por ello que si alguien nos toma la mano, en este momento lo sentimos, y luego, en pocos minutos, podemos caminamos agarrados de la mano, y casi no sentir nada) — tiene su lógica, porque ante todo al cerebro le interesan las señales nuevas. 

Si la señal es fuerte y es nueva, puede activar los reflejos de la médula o, incluso, del cerebro, en especial si es la zona de la cabeza. Así los bebés empiezan a succionar si les pones algo entre los labios. A parte de la activación de los reflejos, la información táctil debe ir a los hemisferios y antes de llegar a éstos, surge algo que se llama lemnisco medial, o banda de Reil, cuando las vías de la señal que suben por la médula, llegando al bulbo raquídeo, se cruzan y las señales táctiles de la parte izquierda del cuerpo pasan al hemisferio derecho, y viceversa. Es por ello cuando surge un accidente cerebrovascular en un solo hemisferio, se paraliza la mitad del cuerpo opuesta a este hemisferio.

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Este fenómeno se llama hemiplejia. Las señales suben al tálamo desde los 31 pares nervios espinales(de diferentes partes del cuerpo) y el par de nervios trigéminos (controlan los músculos de la masticación y transmiten información sensitiva de los ojos, de los dientes y de la piel de la cara (mejilla y mandíbula). Llegando al tálamo se forma una especie del mapa cerebral de la superficie de la piel con tres areas:cabeza, tronco,manos y piernas. Y què pasà luego? Recuerdan algo sobre nuestro tálamo ? si no tiene tiempo a revisar, una pequeña cita:

En la corteza cerebral que cubre los hemisferios, se encuentran los centros visuales, auditivos, motores, y otros. El tálamo tiene los mismos centros, pero más pequeños, son como el control migratorio  donde pasan las señales del mundo exterior. Esta pequeña parte del cerebro de 3 centímetros, procesa las señales de todos los órganos de sentidos, menos el olfativo. En el tálamo se toma la decisión sobre el destino de la información que llega a nosotros. Una parte de las señales, más relevante y necesaria, continúe su viaje, otras se bloquean, y algunas pasan, pero debilitadas. Es necesario porque la corteza no puede procesar toda la información que llega del mundo exterior. 

Asì que la informaciòn tàctil se revisa en el tàlamo y después de procesar èsta pasa por fin a la corteza. Y es allà donde empieza un segundo capítulo de esta historia: HOMÚNCULO CORTICAL. 

Gracias por leer y en breve sale la segunda parte, màs interesante aun — no halago a mi trabajo, porque mi papel es muy modesto, halago a nuestra maravillosa y compleja biologìa que se lea como una historia de ficciòn 🙂 .


This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International License.

11 comentarios

  1. Muy interesante el tema de la piel y las distintas sensibilidades.
    Obviamente un ají (como tu dices), aquí sería guindilla, no tiene el mismo efecto en el brazo que en la lengua. Jeje.
    Por cierto, el hombre de la primera foto ¿donde ha tenido más molestias mientras se tatuaba? Por su aspecto, quizá no tuviese molestias ¿no?.
    Fuerte abrazo.

    Le gusta a 1 persona

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