EMPATÍA BAJO LA LUPA

La compasión y la empatía son dos fenómenos de nuestra existencia en los cuales se manifiesta nuestra humanidad. Es la base para construir nuestra moral y punto de referencia para dividir el comportamiento en malo y bueno. Muchos usan estos dos conceptos indistintamente, pero sí veremos en detalle, entenderemos que, al menos desde el punto de vista neurocientífico, sí están relacionados, pero son diferentes.

Compasión significa comprender el dolor ajeno.

Empatía, es sentirlo.

A primera vista la diferencia no es tan grande, pero si profundizamos, veremos que comprender el dolor ajeno, es aceptar la existencia del otro como individuo diferente a ti. Esto significa que podemos entenderlo sin necesariamente experimentarlo. Podemos asumir que este dolor produce reacciones distintos a las nuestras, y puede tener consecuencias con las diferencias fundamentales al comparar con las nuestras.

Sentir el dolor ajeno es proyectar tus propias sensaciones al otro asumiendo que lo que siente el otro, es exactamente lo que sientes tu. Por un lado no es nada malo, por otro lado, puede ser completamente o parcialmente erróneo ya que todos somos bastante diferentes, lo cual podría resultar en el comportamiento social inadecuado.

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Por otro lado, es posible imaginar que la persona con la empatía agudizada actuaría de manera prosocial con más frecuencia, pero sentir el dolor es sentir el dolor, puede ser muy fuerte lo cual hará que la persona  extremadamente empática en lugar de actuar, buscará alejarse del escenario, donde en otro contexto podría ser útil y hasta cambiar la situación.  Más dolor ajeno sentimos, más nos concentramos en lo que sentimos. El dolor es estrés, es algo que en muchas situaciones nos hace, recordamos, huir, en lugar de luchar.  Es natural, pero no muy prosocial. La empatía es elemento funcional de un cerebro en desarrollo, más preciso, la característica del cerebro de adolescente. Más detalles puede ver en este articulo.

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La persona compasiva es la persona que no proyecta, sino, comprende el dolor de otros de manera racional, aunque no le quitamos, por su puesto, la empatía, la que siempre será la base para la compasión. La empatía de una persona compasiva propiamente dicho se encuentra bajo control de la corteza prefrontal, la misma que en el cerebro inmaduro no tiene el protagonismo todavía. En este contexto, què tipo de cirujano escogería usted, uno compasivo o uno empático? Si está gravemente herido, a quien prefiere, un amigo compasivo o uno empático? Con quién tendría más chance a sobrevivir ?

Por su puesto, no se puede cerrarse en este determinismo y afirmar que definitivamente la empatía de los adolescentes siempre pierde a la racionalidad de la compasión. Claro que la racionalidad puede abstraernos por completo del dolor ajeno que haría que evitemos cualquier acción prosocial, pero son las desviaciones de la tendencia general, lo natural para el ser humano es sí tener la empatía, y la característica del cerebro humano adulto, es la empatía elevada a la compasión.  En la mayoría de los casos, la empatía del cerebro inmaduro no ayudará a la persona actuar de mejor manera socialmente hablando.

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Es en parte egocentrista, en especial, en casos de los adultos no llegan a desarrollar la capacidad de controlar y dirigir la empatía racionalmente ( recordemos, de esto se encarga la corteza prefrontal ) por lo tanto no son capaces a la compasión. Son estas personas que van a llorar por los niños huérfanos, pero no irán de voluntarios para ayudarles. Van a acariciar al gatito perdido en la calle, pero no lo llevarán a la casa para encargarse de su destino. Etc, etc, etc.

Una vez más quería resaltar que no es justo enviar a los adolescentes a la guerra, puesto que solo significa aprovechar de su naturaleza en crecimiento y quitarle la opción de las decisiones racionales, basados en las capacidades mentales superiores. Más que esto, insisto que los crímenes cometidos por las personas en desarrollo no pueden ser calificados de la misma manera que los crímenes cometidos por los adultos. Espero que en un futuro muy cercano tengamos una nueva disciplina,la  neuro jurisprudencia que hará reformular las normas y leyes en función a la realidad de nuestros estados cerebrales.

17 comentarios

  1. Hola Alona! Muy interesante lo que escribes. Solo diría que la empatía es un sentimiento que debemos vivirlo más que razonarlo. Ponerse en el lugar del otro (en serio) muchas veces es solo escucharlo comprendiendo su dolor. Y el dolor hay que vivirlo sin dejar que se instale. Abriéndole la puerta de salida.

    «Te entiendo» – Me dijo. Y luego de tragar saliva prosiguió – «Pero yo no puedo hacer nada». No necesité una palabra más para darme cuenta que nunca se había puesto en mi lugar. Estaba claro, él solo cambiaba mis hechos por sus palabras.

    Gracias por dejarme comentar

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    • gracias por pasar por mi blog. justo lo que explico es como la empatía en un cerebro maduro se transforma en una fuerza real, la que puede cambiar la situación del otro, un elemento del comportamiento prosocial que permite a nuestra especie seguir habitando el planeta. la empatía elevada al nivel de compasión permite que actuemos en función al otro, pero de manera optima. no es suficiente llorar por el dolor ajeno, lo importante es colaborar con éste para aliviar o hacer que desaparezca. en el ejemplo que cita usted la persona puede simplemente no tener la empatía. por más tétrico que suena, pero es la psicopatía. no hay que tener el miedo a esta palabra, no significa necesariamente un personaje asocial. más bien, es la característica de los sociopatas. Por otro lado, tambièn hablamos de dos términos que en la vida cotidiana se usan de manara indistinta, así como ya mencioné . y cada uno le da la connotación de acuerdo de cómo entiende esta palabra. un gran abrazo. y que tenga una excelente semana.

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      • De acuerdo con vos. Es cuestión conceptos. Compasión y empatía se relacionan mucho hasta desdibujarse sus límites. El término «compasión» tiene significados distintos si lo vemos desde la psicología conductual, que si lo vemos desde el punto de vista religioso. Me encantan los debates. A partir de ahora voy a incorporar más el término «compasión» desde tu mirada más científica. Abrazo y buena semana para vos también!

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  2. ¡Hola! Soy nueva por el blog y me estoy dando una vueltita por tus artículos. Qué interesantes todos ellos, no esperaba encontrar algo así por aquí. No sabía de este enfoque y me ha gustado mucho cómo lo has explicado, me ha resultado fácil entenderlo. ¡Gracias por tu tiempo y tu trabajo! ¡Un abrazo!

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      • ¡Qué cálido recibimiento! ¡Muchas gracias! Es más, lamento no haber respondido antes, pero es que he tenido problemas con el computador y el internet en casa que ni he podido entrar en estas casi dos semanas. Pero ya me estoy reincorporando nuevamente. Seguiré curioseando por su blog. ¡Un saludo afectuoso!

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