Entre sentirnos ofendidos y la cachetada que va al ofensor yace una área cerebral llamada la corteza frontal. Su anatomía me recuerda el mapa de Italia (espero, no lo tomen literalmente), y de su vulnerabilidad física nos hablan los reportes médicos sobre los derrames cerebrales la mayor parte de los cuales suceden justamente aquí, en nuestro centro analítico y estratégico donde se coordinan nuestros pensamientos y las acciones.
Cuando trato de imaginar la corteza frontal, lo primero que viene a mi cabeza, es el mapa de Italia: muchas áreas, cada uno con su carácter climático, sus manjares culinarios, su bellezas femeninas. ( Si no tiene una buena imaginación, es mejor ir directamente al grano, es decir, al atlas anatómico, ya que no quiero que visualice este elegante bota dentro de su cráneo. Yo solo refiero a la cantidad y la variedad de las áreas en un espacio tan limitado ).
Es la parte cerebral que nos impulsa a concentrarnos en una tarea y seguir, a pesar de las circunstancias en contra: la corteza frontal sabe bien lo que necesitamos. En ésta se construyen los esquemas lógicos y estratégicos para programar el comportamiento, se categorizan los objetos reales e ideales para facilitarnos la vida y no perdernos en la diversidad del mundo exterior. En la corteza frontal se ubica nuestro valor y la voluntad. Cuando le dicen que tiene la fuerza de voluntad, es un cumplido para su corteza prefrontal. Las estructuras gramaticales condicionales en nuestras lenguas, las reglas y normas, la disciplina también nacen en la corteza prefrontal. Ésta controla nuestro comportamiento, lo hace flexible y prudente, respondiendo por el esfuerzo intencional y la perseverancia, por las habilidades prosociales y la seguridad general en el ambiente.
Sus dos grandes partes, la corteza motora y la corteza prefrontal, están estrechamente relacionadas: la prefrontal decide y la motora ejecuta. Por ejemplo, cuando escribimos, primero decidimos què palabra escribir, y luego nuestros dedos/manos, o, tal vez, si no hay manos, dedos/pies hacen los movimientos aprendidos y automatizados para que aparezcan letras, o jeroglifos. Porque la corteza motora se encarga de los movimientos voluntarios. Es cuando nos movemos porque queremos hacerlo, o nos hicieron querer hacerlo. El personaje principal del movimiento voluntario es el músculo. El músculo más fuerte del cuerpo, es la lengua, así que, señores y señoras, esta área de la corteza frontal, a parte de los predecibles movimientos corporales, también se responsabiliza por nuestra habla – en el pequeña área con el nombre Broca, que muchos de ustedes escucharon o leyeron en alguna oportunidad, también la escritura como ya vimos, y también, de la vista, en sentido voluntario: movimiento ocular voluntario es cuando seguimos a algo o alguien con la mirada.
Sus neuronas, algunos de las cuales son muy especiales y únicos como ya vimos en éste texto, trabajan duro con las tareas tan variadas, y por lo tanto son bastante vulnerables. Se observa que la mayor parte de los derrames cerebrales se experimentan justamente en la corteza frontal.
Con el trabajo arduo, ésta se cansa, y es cuando se manifiestan las fallas de las cuales quiero hablarles hoy para advertir y ayudar a manejar un poco momentos difíciles de estrés o cansancio excesivo.
Si regresemos a las funciones que cumple esta trabajadora, podemos entender que lo que la agota ante todo es cuando simultáneamente tiene que cumplir diferentes tipos de tareas.

Por ejemplo, cuando van de compras y de pronto deben responder una llamada de trabajo que requiere un intenso análisis situacional, que a la vez tiene un significado social importante, es mejor que deje de caminar escogiendo las cosas para llevar, porque hará mal ambas tareas: su consulta telefonica no se resolverá bien, y las compras serán un fracaso.
Cuando tiene que tomar decisiones importantes tenga en cuenta que la efectividad de la corteza frontal, está directamente relacionada con su estado en este momento: ante todo, no debe tener hambre. Usted, no la corteza. Pero es la corteza que necesita la glucosa para funcionar óptimamente. No debe haber tenido ningún trabajo mental anterior, la corteza frontal debe estar descansada, desestresada, libre de cualquier conflicto interno /externo.
Por otro lado, si quiere que alguien colabora con usted en cualquier tipo de asuntos, asegúrese que esta persona no está con la corteza frontal cargada: el desgaste de este tipo nos hace menos sociales, menos generosos, menos dispuestos a ayudar y más mentirosos, incluso con nosotros mismos. Esto saben los fumadores: los que deciden bajar la cantidad de los cigarrillos fumados al día, después de un trabajo altamente intelectual,por ejemplo, estudiando, memorizando, componiendo, escribiendo, etc etc fuma un cigarro asegurándose a sí mismo que ésta no se cuenta, porque…porque no. De la misma manera, el autocontrol depende mucho del estado de la corteza frontal. No es difícil perder los papeles, como dicen, cuando ésta está agotada. Y, recuerden los derrames? Más vale no llegar a esto.

Qué tipo de actividades pueden afectarnos de tal forma que la corteza prefrontal deje de funcionar optimamente? Cuando aprendemos algo nuevo: escribir, bailar, cocinar, hacer nuevos ejercicios en el gimnasio, practicar nuevas formas gramaticales del idioma extranjero, usar tacos por primera vez, patinar en el hielo. También, cuando tenemos que retener bastante información simultaneamente, por ejemplo, para analizar las opciones, evaluar la data, decidir què par de zapatos comprar. Cuándo resistimos a algo que queremos hacer pero sabemos que no podemos: es fácil que una ejecutiva del banco que está en dieta le ponga trabas en aprobar su préstamo porque ve que usted come caramelos uno tras otro. En especial, si usted luce una excelente forma física. Bueno, y el caso clásico, o clínico jajaj de un juez hambriento que pierde toda la compasión y sentencia sin piedad.
Expecto el hambre, las actividades parecen bastante buenas, uno no quisiera dejar de hacerlas. Claro que no. Solo variar la actividad, dejar tiempo razonable para descansar.
Cuando exageramos, nuestra productividad intelectual disminuye, la calidad de trabajo sufre, las decisiones se vuelven vagas y el comportamiento puede alterarse hasta incluso perjudicarnos socialmente.
Para descargarse, vale hacer todo lo que saber hacer muy bien, que automatizó hace tiempo y lo disfruta combinando con otras actividades fácilmente: cocinar y cantar, patinar y soñar, caminar y escuchar música.
Mediante una sencilla explicación facilita la comprensión de aspectos muy interesantes sobre en comportamiento. Gracias. Un saludo
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gracias, Carlos, me costó tres borradores muy distintos. que gratificante recibir su aprecio. un gran abrazo
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Alguna diferencia debe haber en esta zona en personas con Trastorno de Espectro Autista y por ello las conductas y respuestas sociales, aprendizaje en comunicación …
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exactamente, los con psicopatías tambièn tienen particularidades en la corteza prefrontal
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Pero eso no significa que seamos un poco psicópatas las personas con TEA
¿o sí? ¿Es el trastorno de espectro autista una psicopatía?
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no, son diferentes trastornos, autismo es una condición muy diferente a lo de pscicopatía.
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Es que he leído parte de un texto de Hans Asperger y me he liado. Aquí:
http://espectroautista.info/psicopatas_autisticos.html
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nunca he leído este término en relación al autismo, pero también vamos a recordar que no soy ni cerca una especialista en las patologías. de poco que sé, afirmé que no lo es. quizá es cuestión de los términos.
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¡Gracias!
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por otro lado, pienso yo, aunque lo llamaremos el autismo una psicopatía, recordando que es un término, neutral y sumamemnte descriptivo, de todos modos los trastornos que pueden haber en la corteza prefrontal, son variados y pueden manifestarse de una manera muy diferente en el comportamiento
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muy interesante, me gusto tu escrito. Saludos y sigue adelante
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gracias mil
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[…] La parte superior es la proyección de la corteza frontal, sobre la cual hablamos aquí y aquí. Y la parte indicada con las flechas es la corteza parietal (sobre sus particularidades […]
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[…] la proyección de la corteza frontal, sobre la cual hablamos aquí y aquí. Y la parte indicada con las flechas es la corteza parietal (sobre sus […]
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