Zoologico cerebral. Parte 2. Caballos y peces

Los caballos eran animales favoritos de mi abuela. Agraciados, un poco locos, alegres y sensibles. Yo, particularmente, les tengo miedo. En sí, pienso que la mejor mascota es un grupo de peces en un acuario: son bonitos, callados, y si les come el gato, no será difícil reemplazarlos.

Entre los peces resalta uno muy inusual: el caballito del mar. Tiene nombre cientifico que hoy nos llevará al zoológico cerebral de nuevo. Les presento al hipocampo.

El hipocampo, el caballito del mar cerebral, se encuentra en el sistema límbico. Su nombre recibió en las épocas cuando los cerebros se estudiaban en estado ya disfuncional, es decir, muerto. Al cortar el cerebro, al curioso anatomista del siglo 16  Giulio Cesare Aranzio le pareció que esta parte del cerebro lucía igualita que un caballito del mar. Creo que a los caballitos del mar él también vio solo muertos y, por lo visto, ya re-descompuestos.

Aunque, quizá su imaginación era más aguda que la mía. En la imagen pueden ver los hipocampos, izquierdo y derecho: es una estructura cerebral que aparece en ambos hemisferios y regula la comunicación entre el cerebro “reptiliano” (recordamos, por favor, que es un nombre metafórico) y el sistema límbico. Los dos hipocampos están lateralizados, como la mayoría de los órganos pares del cerebro, cumplen funciones relacionadas, sin embargo, diferentes.

El hipocampo es la parte de la corteza cerebral — la pequeña parte de la corteza que se llama arquicortex — conectada con diferentes partes del cerebro. Durante la evolución, el hipocampo se formó en los cerebros de los anfibios y reptiles como el centro de la memoria espacial, para que estos animales podrían memorizar las rutas importantes. Gracias a la aparición del hipocampo, los ellos pudieron explorar los territorios y saber cómo regresar al punto de partida. Más adelante, el hipocampo asume otras funciones para retener y analizar los hechos importantes recibidos en forma de las señales visuales, auditivas y emocionales. Hasta ahora, el navegador interior espacial para nosotros es el hipocampo, una especie de GPS cerebral. Nuestra orientación en el espacio, y de esta manera nuestra inteligencia espacial como llamó este fenómeno Howard Gardner, también se maneja por el hipocampo.

El hipocampo trabaja con la memoria en un sentido bastante amplio, aunque hasta ahora hay ciertos desacuerdos respecto los mecanismos de su funcionamiento. Se asume que el hipocampo retiene la información recibida durante el día, y la borre mientras dormimos si no es relevante, o la pasa a la neocortex para el almacenamiento. Gracias a esta pequeña parte de la corteza cerebral, podemos recordar las caras, describir los objetos o escenarios, ser conscientes del fono emocional detrás de los hechos y sucesos. Gracias al hipocampo tenemos la capacidad de aprender. El hipocampo se responsabiliza por la memoria declarativa, cuando la información retenida puede expresarse en la forma verbal. Es super importante en cuestiones de la memoria, pero no es la única parte responsable en esta función, la cual en sí es un conjunto sistémico.

El hipocampo es una de las pocas zonas del cerebro en las cuales durante toda la vida se realiza la neurogénesis, o la reproducción neuronal, por lo tanto podemos afirmar que el hipocampo es la base y el agente principal del proceso de aprendizaje. Hay un caso muy famoso del paciente H.M que ilustra todo el rol del hipocampo para nuestro funcionamiento en relación con la memoria y el aprendizaje. Interesante que observando al H.M los especialistas en algún momento entendieron que una persona con el hipocampo extraído aprende de todos modos ciertas cosas, ante todo procedimentales, pero sin ser consciente de lo aprendido, sin poder verbalizar lo aprendido. Les sugiero leer sobre este caso, es bastante conocido. Básicamente, para introducir el tema del hipocampo, siempre hablan de la persona que deliberadamente perdió su hipocampo.

Otra faceta del hipocampo es su sensibilidad hacia el estrés. Robert Sapolsky comenta sobre los estudios del SPT – el sindrome post traumatico — haciendo notar que el hipocampo en las personas con este trastorno tiene un tamaño reducido al comparar con el tamaño promedio normal. Hay diferentes visiones hacia este hecho, sin embargo es importante tenerlo en cuenta y cuidarlo como es centro de producción neuronal, nuestra guia en este mundo difícil y complicado, y nuestro apoyo para aprender y sobrevivir.

Para terminar, les quiero decir que todos los aspectos que toco en mis escritos se presentan de manera introductoria, esquemática y, por su puesto, superficial. En la realidad, son muchísimo más complejos, serios y difíciles de entender para alguien alejado de estos temas. Yo escribo para las personas como yo que queremos y necesitamos saber sobre nuestro cerebro, pero no estamos preparados para manejar los conceptos especializados y asimilar el conocimiento en términos científicos. Solo queremos entender el panorama general, ser conscientes de los avances y el progreso en el campo de las neurociencias y estar al tanto para no dejar nuestra cognición en estados medievales.


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5 comentarios

  1. Gracias por escribir…! Te lo digo nuevamente… Tengo contabilizados 3 infartos cerebrales (ACV) «grandes» : El primero me dejó totalmente ciego durante 4 meses; poco a poco volví a ver pero con visión de túnel y bastante disminuida. Soy miope y uso anteojos desde los 7 años, volví al trabajo (era jefe de comunicaciones de Primer Ministro, pero trabajaba en palacio de gobierno y desarrollando labores para el Presidente). El segundo ACV me bajó aún más la visión ;terminó el período presidencial y volví a mi actividad privada, al año más o menos me sobrevino el tercer ACV que me paralizó todo el lado derecho del cuerpo ye hizo mi ha la ininteligible además de quitarme la sensibilidad en la parte izquierda de los labios, donde hasta ahora me parece que un dentista me hubiera puesto anestesia. Meses de terapia física me devolvieron el movimiento en un 70%, hice mi propia terapia de lenguaje repitiendo palabra largas y difíciles de pronunciar y mejoré muchísimo. Ya no trabajo en oficina, solo escribo, me muevo poco pero trato de hacer una vida todo lo normal posible… Tengo también 4 infartos al corazón y 72 años… Me fascina todo lo referente al cerebro y mientras enseñe en distintas universidades, el curso de creatividad (que desarrollé para dictarlo en el instituto Peruano de Publicidad, siempre tuvo un componente muy fuerte de percepción y como les decía a mis alumnos después de volver del primer ACV, «yo les hablo por experiencia directa»… Gracias de nuevo por escribir fácil e interesante… 👍👍✌️

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    • que duro camino, y con tantas ganas de luchar y seguir. bravo. un infarto cerebral, en mi opinión, es una de las pruebas mas fuertes en mi opinión. pero es allá donde podemos ver la capacidad del cerebro de adoptarse a los desastres. uno de primeras temas en relacion con el cerebro estudié dentro de mi curso de maestría, es la plasticidad cerebral. el sorprendente caso del padre de Paul Bach-y-Rita quien se recuperó de un desastroso infarto cerebral y recuperó por completo todas las capacidades perdidas, desde el movimiento hasta el habla. solo luego de su fallecimiento, se supo que la parte afectada del cerebro nunca se recuperói: lo que sucedió, es que otras areas de cerebro asumieron los roles y tareas que inicialmente no cumplían. así Paul empezó su largo camino estudiando la plasticidad cerebral y la posibilidad de suplantación sensorial. si le interesa, puede ver en la web todo tipo de información. Gracias por leer. estoy muy contenta que mis textos lean los lectores como usted. gran abrazo.

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